UNOS DIAS EN EL MINIMONDI DE PARMA, ITALIA
Tuve el honor de ser invitado por Paola Cantarelli y Silvia Barbagallo, organizadoras del Festival Minimondi, de Parma, un exelente complemento previo a la Feria de Bologa, para presentar la edición italiana de mi libro "El señor G." Dí dos talleres con chicos y una charla de dos horas con alumnos de una escuela. Los pibitos tenían entre siete y ocho años, y eran unos cuarenta. Me cocinaron a preguntas, se sabían el libro de punta a punta. Con la ayuda de Marta Corsi, la editora italiana, que me dió una mano maravillosa traduciendo con frescura cada cosa que yo decía, nos lo pasamos de puta madre. Qué gusto da trabajar así. Lindos pibes. Hacen pensar que si no se vuelven unos hijos de puta cuando sean mayores, el mundo podría ser mejor.
Y ni hablar del buen jamon de parma y los quesos parmesanos que todavía estamos paladeando con Mariela, que me aguantó los nervios que yo arrastraba con toda su elegancia de compañera que no falla.
Y por si esto fuera poco, me encontré con una exposicion retrospectiva de la obra de Remy charlip, a quien no conocía para nada, organizada por los propios Mininundi y que me hizo caer de culo. Por un lado, porque me pareció magnífico en su bellísima simpleza, y por otro, porque me encontré con un predecesor en el tipo de poética que yo trato de hacer desde hace años. Un pariente sin conocer. Un amigo nuevo.
Aquí, en la última imagen de abajo de de este post, pongo la portada del libro desplegable que editó Minimundi, "Reading dance".
Y ni hablar del buen jamon de parma y los quesos parmesanos que todavía estamos paladeando con Mariela, que me aguantó los nervios que yo arrastraba con toda su elegancia de compañera que no falla.
Y por si esto fuera poco, me encontré con una exposicion retrospectiva de la obra de Remy charlip, a quien no conocía para nada, organizada por los propios Mininundi y que me hizo caer de culo. Por un lado, porque me pareció magnífico en su bellísima simpleza, y por otro, porque me encontré con un predecesor en el tipo de poética que yo trato de hacer desde hace años. Un pariente sin conocer. Un amigo nuevo.
Aquí, en la última imagen de abajo de de este post, pongo la portada del libro desplegable que editó Minimundi, "Reading dance".
6 Comments:
Me faltó decir que descubrí a Remy Charlip, un autor neoyorquino al que rescataron con nuevas ediciónes de su obra y una fabulosa exposición.
Sus libros de los años cincuenta y sesenta, no tienen desperdicio.
De él es la última imagen de este post. Una bellesa editada por Minimondi.
Salúte.
Con que uno solo de esos pibitos se vuelva escritor de cuentos infantiles, ya el mundo va a ser un poco mejor.
Tu blog está excelente, me encantaría enlazarte en mis sitios webs. Por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambos con mas visitas.
me respondes a munekitacat@gmail.com
besos
Catherine
Ayudame... me hace acordar a otro dibujante de la época, argentino.. ajjjjjj, y no me sale el nombre!!!! Si lo pesco, te digo... (su hija también es dibujante, debe ser una mina de tu edad o algo menos)seguro que lo conocés. Deben ser contemporáneos, el argentino el neuuuuyorkino.
No me suena, señora.
Grande Gustavo! felicitaciones!qué alegría! espero e imagino no será la última vez. así la próxima nos vemos! lo de charlip lo iré a ver este sábado. a qué es absolutamente genial!y a ver si blogueamos más a menudo! muchos besos para vos y besos para Mariela!
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