Thursday, July 14, 2011

Chau, Rosario. Buen viaje hasta el eclipse.


Esta mañana se nos murió Rosario Charquero. Era la editora de El eclipse, para quien no lo sepa. Una editora con huevos, que se animó a hacer cosas supuestamente raras, siempre asociada con Istvan, que proponía, y espero que siga proponiendo ideas.
Rosario se animó a publicar cosas "impublicables", como este libro de los avioncitos, de Laura devetach-istvansh, que aparece en la foto.
Se atrevió a reeditar un libro magnífico y olvidado:"La Línea", de Ayax Barnes y Beatríz Doumerc.
Publicó "Mamá del cósmos" de mi queridísimo Sergio Kern. Un libro de esos que si no tenés un par de huevos del tamaño de un toro, no te animás a publicarlo así nomás. Hace falta valentía. De hecho Sergio esperó casi veinte años hasta que apareciera alguien que lo quisiera publicar.
Esa tipa extraordinaria, fue Rosario Charquero, amigos.
Hoy se nos escapó. Buen viaje, Rosario.

9 Comments:

Blogger David Wapner said...

Hola,Gustavo,
es así como vos decís, es la editora más generosa que haya conocido. Escribía largas cartas, con los vaivenes de la editorial, de cada libro, de sus autores. La conocí persoalmente hae dos años, cuando viajamos con Ana a Buenos Aires gracias a un adelanto que nos concedió por Gaturbe, y que presentamso con su presencia y la de Istvan. Ese adelanto fue así, sin especular, el futuro de un libro así era incierto. La extrañaremos.

12:04 PM  
Blogger Laura said...

Lindo Homenaje hermano, qué triste noticia.
Buen viaje Rosario, te vamos a extrañar.
Cariños,
Laura

12:09 PM  
Blogger istvan said...

Gustavo querido, acá estoy llorando, triste, desconcertado... pero emocionado por tus palabras. Gracias.
Istvan

9:00 PM  
Blogger Gabriela said...

Querido Istvan, querido Gustavo,

yo conocí a Rosario hace muchos años, muchos, tantos que ambas estábamos estrenando los veinte años, e hicimos con ellos el mejor uso que la vida nos permitió.
Y después la tuve a mi lado, a mi alrededor, a veces de frente, a veces atrás, a veces delante, dependiendo siempre de donde nos puso la vida.
Y cuando hace más de un año, al saber que volvía a caminar al borde del precipicio del dolor y la muerte, sentí que no podría vivir sin el latido de su vida cerca, me llené de tristeza.
Y hace dos días, me llené de llanto.
Pero también he sentido ganas de usar todo lo que me dio para seguir viviendo sin ella.
Como si de una buena uva se tratase, no fue fruta sino vino y como se de un buen vino se tratase, no fue vino ligero, sino fue tinto con cuerpo y alma.
Y así he querido beberme en estos dos días, los casi 35 años que me regaló a mi alrededor.
De su sonrisa voy a alimentarme. En su fuerza voy a sostenerme. En su bondad voy a descansarme.
Cuando pase el llanto, que pasará, quiero saber que una parte de lo que Rosario me dio, me corre por las venas y forma parte de mi vida, de mi latido.
Llorar su ausencia es por lo que nos falta. Pero vivir con lo que nos dio, es integrarla en la alegría de saber que no se prolonga su sufrimiento, que nunca se mereció.
"como una buena fiebre iba a tu lado" dijo una vez alguien que lloraba a un buen amigo.
Como una buena fiebre seguirá yendo a mi lado, porque de todo lo vivido, no me sobra ni una gota.
Espero que a vosotros tampoco.
En la próxima cena que celebréis, por favor, un brindis por una mujer que supo ser uva fresca y vino fuerte.
Sin tristeza, porque, al final, no creo que a ella le gustara vernos así.

8:02 AM  
Blogger Alberto Pez said...

Demasiados aviones despegando para mi gusto...Dani the O,Meglia, Trillo, Peni...Rosario...
y nosotros aquí, en el lobby del aeropuerto...
No fui a despedirla.
Hablamos por teléfono hace dos meses.
Nos reímos mucho, como de costumbre, con ella era inevitable.
Hermosas palabras, Gus, y Gabriela completa el resto.
Nada más para decir.

4:24 PM  
Blogger gustavo roldan said...

Amigos/as:
Me cuesta responder a sus mensajitos, tán lindos, pero los agradezco muchísimo, de verdad.

11:36 AM  
Blogger Ana Camusso Wapner said...

Gustavo,
yo creo que lo que hacemos con estos pequeños mensajes es un tributo a
quien fue una presencia querible y muy respetada por nosotros como
personas y artistas.

En mi caso, conocí a Rosario personalmente en un bar de Buenos Aires
–frente al Jardín Botánico-- en el año 2009 cuando David y yo viajamos
a Argentina para presentar el libro Gaturbe, recién publicado.
Llovía mucho y estuvimos los cuatro sentados en el mismo bar,
esperándonos mutuamente durante mucho tiempo –por un lado David y yo;
y por el otro Istvan y Rosario--, hasta que David
inquieto por la tardanza, los ubicó en el otro extremo del
recinto. Entonces, entre risas y sorpresas, los conocí a ambos al mismo tiempo. Rosario se me presentó, cigarrillo en mano, como una persona muy pero muy auténtica. No había en ella pose alguna. Su mirada era frontal. Enérgica. Muy
rioplatense. Hablamos del Buenos Aires que estábamos aún percibiendo
pues hace muy poco que habíamos llegado por un corto plazo de tiempo.
Nos habló de las dificultades pero también inmediatamente abrió una
pequeña agenda y conectó a David con una periodista de literatura
infantil. Todo en ella era darnos una mano.

Personalmente la admiré y la admiro mucho: pelear por vivir y a su
vez persistir en su proyecto, me parece y me pareció encomiable.

Por último, te agradezco mucho Gustavo por habernos permitido expresar en tu blog.

Un abrazo
Ana Camusso

2:05 PM  
Blogger Ana Camusso Wapner said...

Gustavo,
yo creo que lo que hacemos con estos pequeños mensajes es un tributo a
quien fue una presencia querible y muy respetada por nosotros como
personas y artistas.

En mi caso, conocí a Rosario personalmente en un bar de Buenos Aires
–frente al Jardín Botánico-- en el año 2009 cuando David y yo viajamos
a Argentina para presentar el libro Gaturbe, recién publicado.
Llovía mucho y estuvimos los cuatro sentados en el mismo bar,
esperándonos mutuamente durante mucho tiempo –por un lado David y yo;
y por el otro Istvan y Rosario--, hasta que David
inquieto por la tardanza, los ubicó en el otro extremo del
recinto. Entonces, entre risas y sorpresas, los conocí a ambos al mismo tiempo. Rosario se me presentó, cigarrillo en mano, como una persona muy pero muy auténtica. No había en ella pose alguna. Su mirada era frontal. Enérgica. Muy
rioplatense. Hablamos del Buenos Aires que estábamos aún percibiendo
pues hace muy poco que habíamos llegado por un corto plazo de tiempo.
Nos habló de las dificultades pero también inmediatamente abrió una
pequeña agenda y conectó a David con una periodista de literatura
infantil. Todo en ella era darnos una mano.

Personalmente la admiré y la admiro mucho: pelear por vivir y a su
vez persistir en su proyecto, me parece y me pareció encomiable.

Por último, te agradezco mucho Gustavo por habernos permitido expresar en tu blog.

Un abrazo
Ana Camusso

2:06 PM  
Blogger gh said...

Del lado de la audacia (tales los libros de Istvan), del lado de la frontalidad (tal sus intervenciones cada vez que hablábamos de las políticas del libro), del lado de la calidez (no había forma de no sentirse bien al cruzarse con Rosario)... ufa... esos aviones que despegan que dice Pez.... sumo mi María Adelia... en fin... un acompañamiento fuerte a Istvan...

Gustavo Bombini

9:13 PM  

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